El Mandatario dio a conocer los objetivos del proyecto de condonación
del Crédito con Aval del Estado (CAE) y el nuevo instrumento de
Financiamiento Público para la Educación Superior (FES). “Con el fin
del CAE ganan los jóvenes y sus familias, quienes verán que
desaparece o se alivia de manera significativa su deuda, lo que
contribuirá directamente al presupuesto familiar. Ganan también los
futuros estudiantes quienes, gracias al FES, podrán estudiar en
mejores condiciones y con más tranquilidad, sin el agobio del
endeudamiento”, señaló.
Este lunes 7 de octubre, el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, se
dirigió al país en cadena nacional para presentar el proyecto de ley que pone
fin al Crédito con Aval del Estado (CAE) y crea un nuevo instrumento de
Financiamiento Público para la Educación Superior (FES).
Desde el Palacio de La Moneda, el Mandatario explicó los tres objetivos
principales de este proyecto: condonar parte de las deudas educativas en
base a criterios de justicia y mérito; reorganizar la deuda en términos
razonables para quienes aún deban; y terminar con el CAE, reemplazándolo
por un nuevo instrumento de Financiamiento Público para la Educación
Superior.
“Todos quienes adscriban voluntariamente a este instrumento tendrán una
condonación del porcentaje de su deuda. Este porcentaje a condonar se va a
definir según si la persona egresó o no de su carrera, si tiene o no su deuda
al día, y de acuerdo al número de cuotas que haya pagado a la fecha. Así,
apoyaremos a los deudores de menos recursos, reconoceremos a quienes
responsablemente han pagado sus cuotas, e incentivaremos la regularización
de quienes aún adeudan pagos”, afirmó el Jefe de Estado.
Y agregó: “. Adicionalmente, quienes ya pagaron su deuda del CAE tendrán
beneficios tributarios una vez implementado este proyecto de ley. De esta
manera, reconocemos explícitamente el esfuerzo de quienes con sacrificio
han cumplido con sus obligaciones”.
El Presidente también detalló el nuevo instrumento que reemplazará al CAE:
“La gran mayoría de los beneficiarios del FES no deberán desembolsar
recursos ni endeudarse, como ocurre hoy con el sistema de créditos
universitarios, eliminando de esta manera el estrés asociado al pago o la
adquisición de deudas durante esta etapa importantísima de la vida”.
“Los bancos no participarán de este nuevo instrumento de financiamiento.
Con el FES, no habrá espacio para la especulación, el abuso, ni para lucrar,
sino una retribución justa por la formación recibida. Al mismo tiempo,
aumentaremos los estándares de transparencia y rendición de cuentas,
permitiendo que la ciudadanía sepa cómo se gastan los recursos de todos los
chilenos y chilenas”, añadió.
A continuación, el discurso del Presidente de la República, Gabriel Boric
Font:
Compatriotas:
Me dirijo a ustedes para comunicarles que el día de mañana, a primera hora,
ingresaré un proyecto de ley que pone fin al Crédito con Aval del Estado y
crea, además, un nuevo Financiamiento Público para la Educación Superior.
Seguramente, la mayoría de quienes estén escuchando hoy estas palabras
conocen a alguien que hoy está endeudado o endeudada por haber estudiado
en la educación superior con CAE. Y el objetivo central de esta ley es ofrecer
una solución concreta a los miles de jóvenes y sus familias que, justamente,
están endeudados por el Crédito con Aval del Estado.
Y es que hoy el CAE es un problema para todo Chile: para quienes con
mucho esfuerzo mes a mes lo pagan, para quienes no han podido hacerlo,
para aquellos que ni siquiera pudieron terminar sus estudios y aún así están
endeudados y, también, lo es para las arcas fiscales. Y cuando los problemas
afectan al conjunto de la sociedad, es tarea impostergable de la política
buscar una solución y corregir.
Este proyecto de ley ingresa, sabemos, en un momento complejo, en donde
las instituciones y la política enfrentan un enorme cuestionamiento. Como
Presidente de la República tengo claro que mi tarea y la de todos mis equipos
es mejorar la vida de las personas y sus familias. Para eso estamos aquí.
Mejorando la seguridad, fortaleciendo la salud pública, recuperando plazas y
parques, y en este caso, haciéndonos cargo del endeudamiento que viven
miles de jóvenes que, soñando con un mejor futuro, terminaron con una
pesada mochila sobre sus espaldas.
Al momento de su creación, el año 2005, el Crédito con Aval del Estado
permitió ampliar de manera importante la matrícula en la educación superior,
sin embargo, con el tiempo se transformó en una carga para los estudiantes y
sus familias.
¿Cuál es el escenario que tenemos hoy? El Estado ha creado y rediseñado
beneficios para los estudiantes y desde 2016, gracias a los estudiantes que
se movilizaron y al compromiso de la entonces Presidenta Bachelet con la
educación, contamos con un mecanismo de gratuidad, que hoy beneficia al
60% más vulnerable de la población. Sin embargo, una parte importante del
acceso a la educación superior continúa dándose a costa del endeudamiento:
son más de un millón y medio de personas las que tienen deudas por estudiar
—Fondo Solidario, Crédito Corfo o CAE—, y de ellas el CAE es el
instrumento más significativo, con un millón doscientos mil deudores y
deudoras.
Y sumado a la angustia de los estudiantes, egresados y sus familias, el
Estado de Chile ha debido desembolsar, hasta la fecha, más de 9 mil millones
de dólares para poder financiar el CAE.
Por todas estas razones es que terminar con el Crédito con Aval del Estado y
ofrecer una solución a este endeudamiento es una tarea urgente y necesaria.
El proyecto de ley tiene tres objetivos:
1) Condonar, en base a criterios de justicia y mérito, parte de las deudas
educativas.
2) Reorganizar la deuda, que quede en términos razonables para quienes aún
deban.
3) Terminar con el CAE, reemplazándolo por un nuevo instrumento de
financiamiento público de la educación superior.
Sobre la condonación inicial, todos quienes adscriban voluntariamente a este
instrumento tendrán una condonación del porcentaje de su deuda. Este
porcentaje a condonar se va a definir según si la persona egresó o no de su
carrera, si tiene o no su deuda al día, y de acuerdo al número de cuotas que
haya pagado a la fecha. Así, apoyaremos a los deudores de menos recursos,
reconoceremos a quienes responsablemente han pagado sus cuotas, e
incentivaremos la regularización de quienes aún adeudan pagos.
En relación con la reorganización de la deuda restante, si tras la condonación
inicial aún queda parte de la deuda por cubrir, el plan ofrecerá dos
alternativas: quienes puedan pagar el 75% de su saldo habrán puesto, de
esta manera, fin a su crédito; y de no poder realizar este prepago, se
reprogramará con cuotas proporcionales a sus ingresos, con un tramo exento
de pago y cuotas que serán siempre más bajas que las que actualmente
pagan. Adicionalmente, quienes ya pagaron su deuda del CAE tendrán
beneficios tributarios una vez implementado este proyecto de ley. De esta
manera, reconocemos explícitamente el esfuerzo de quienes con sacrificio
han cumplido con sus obligaciones.
El efecto que esperamos lograr con esta ley es muy concreto. En caso de
transformarse en ley, sólo como punto de partida, más de 75 mil personas
quedarán con su deuda totalmente saldada y miles quedarán protegidas por
el tramo exento de pago. Quienes tienen ingresos menores al salario mínimo
no tendrán obligación de retribuir en el futuro.
Y entendiendo que cada familia, que cada estudiante es una realidad distinta,
es el Ministerio de Educación el que dará a conocer los detalles de la
propuesta y cuál es la situación específica de cada uno que lo necesite.
Chilenas y chilenos:
Como he señalado, además de terminar con el CAE y reorganizar la deuda
de sus deudores, la ley que ingresaremos mañana crea un nuevo instrumento
de Financiamiento Público para la Educación Superior, el FES, que
reemplazará al CAE. Este consiste, básicamente, en que quienes estudien
con este nuevo sistema cursarán su carrera sin pagar aranceles, sólo
pudiendo existir un copago para aquellos que estén en el 10% de mayores
ingresos. Por lo tanto, la gran mayoría de los beneficiarios del FES no
deberán desembolsar recursos ni endeudarse, como ocurre hoy con el
sistema de créditos universitarios, eliminando de esta manera el estrés
asociado al pago o la adquisición de deudas durante esta etapa
importantísima de la vida.
¿Cómo se pagarán, entonces, las carreras de quienes utilicen este
instrumento?
Un año después de incorporados al mundo laboral, la o el beneficiario
comenzará a realizar una retribución que permitirá a otros estudiar en el
futuro, que no podrá ser en ningún caso superior a un 8% de sus ingresos y
por un período proporcional al tiempo de su estudio. En régimen, este sistema
implicará un gasto fiscal significativamente inferior al que actualmente el
Estado desembolsa por CAE.
Por cierto, los bancos no participarán de este nuevo instrumento de
financiamiento. Con el FES, no habrá espacio para la especulación, el abuso,
ni para lucrar, sino una retribución justa por la formación recibida. Al mismo
tiempo, aumentaremos los estándares de transparencia y rendición de
cuentas, permitiendo que la ciudadanía sepa cómo se gastan los recursos de
todos los chilenos y chilenas.
El FES no generará situaciones de endeudamiento como las actuales; se
funda en un principio de solidaridad y progresividad; elimina el pago y el
endeudamiento mientras duren las carreras; considera una retribución, una
vez egresados, acorde a las condiciones laborales y salariales de cada futuro
profesional y técnico superior, y no implica un mayor aumento del gasto fiscal.
Estimados compatriotas:
La educación siempre trae consigo la esperanza de una vida mejor. Mayor
escolaridad y una educación de mejor calidad es la herencia más valiosa que
pueden dejar madres y padres a sus hijos y, por cierto, también, una
generación a la siguiente. Por ello hemos hecho avances en educación
parvularia, en general básica y media, y también corresponde que lo
hagamos en educación superior.
Al recorrer el país he visitado jardines infantiles, escuelas rurales, liceos
técnicos, centros de formación técnica y universidades, donde me encuentro
con estudiantes deseosos de expresar sus ideas para tener un país más
justo, entusiastas de jugar y aprender, compartir con sus compañeros y
desarrollar los distintos talentos y destrezas que están igualmente distribuidos
en toda la sociedad. La capacidad latente de construir un Chile mejor anida
en su educación.
Por ejemplo, en la Escuela Básica Emilia Láscar de Peñaflor; en el Centro de
Formación Técnica Estatal de San Antonio o de Porvenir; en el Liceo Jorge
Teillier de Lautaro; en el Liceo TP Benjamín Franklin de Quinta Normal; en la
Escuela Rural Lucila Godoy Alcayaga de Michilla y en todas las comunidades
educacionales de nuestro querido Chile se cultiva el presente y el futuro de
nuestro país. Es allí donde se desarrollan conocimientos y también la
capacidad de resolver problemas y de convivir mejor, y de mejor forma en
sociedad y con nuestro entorno.
Chile se debe a sus estudiantes, a sus niños y a sus niñas. Para ellos
estamos trabajando, en todos los niveles de la educación, pues es,
justamente, en los espacios educativos que se forman los valores y la
identidad compartida que nos permite crecer como nación, así como también
se entregan las herramientas para la cohesión social y el saber que Chile es
un nosotros que unido, avanza.
Con el fin del CAE ganan los jóvenes y sus familias, quienes verán que
desaparece o se alivia de manera significativa su deuda, lo que contribuirá
directamente al presupuesto familiar. Ganan también los futuros estudiantes
quienes, gracias al FES, podrán estudiar en mejores condiciones y con más
tranquilidad, sin el agobio del endeudamiento.
El proyecto queda ahora en manos del Honorable Congreso Nacional. En
tiempos de desconfianza ciudadana con las instituciones y la política,
debemos demostrar que somos capaces de hacernos cargo de los problemas
concretos que más golpean a las familias chilenas, en este caso el
endeudamiento. Y que somos capaces de ponernos de acuerdo en función de
un bien común, mejorando la calidad de vida de nuestros compatriotas. Sólo
así nuestras instituciones recuperarán el respeto y aprecio de la ciudadanía.
Este proyecto nos abre una oportunidad histórica de recuperar la educación
como un espacio de cohesión y movilidad social. Hagámoslo posible, por los
jóvenes, por sus familias, por la patria.